por medio de expresar sus sentimientos a través del
dibujo y la pintura. El proceso es suave y fluido,
encontrando un equilibrio entre dirigir y guiar la sesión.
Los dibujos pueden utilizarse en incontables formas, para una diversidad de propósitos y a diferentes niveles.El acto mismo de dibujar, sin ninguna intervención del terapeuta, es una potente expresión del yo que ayuda a establecer la propia identidad provee una vía de expresión para los sentimientos.
Una de las bellezas de la Gestalt es que no tiene una estructura rígida estricta y encasilladora, esta nos permite guiar la sesión como mas adecuado nos parezca y se adapta a las diferentes situaciones y escenarios que se dan, sin embargo, es un poco complicado aplicarla adecuadamente desde un principio es por esto que el libro "ventanas a nuestros niños" nos brinda la hermosa y practica herramienta de estructurar esta terapia en 14 pasos claros y concisos que nos permiten a los aun no tan experimentados, tener un poco de estructura y realizar de manera adecuada esta tan interesante terapia.
Estos pasos son los siguientes:
1. Hacer que el niño comparta la experiencia de dibujar.
-Sus sentimientos acerca de enfrentar.
- ¿Cómo hacer la tarea?
- ¿Cómo enfrentó o continúo el trabajo?
Esto es compartir aún más el yo.
2. Lograr que el niño comente el dibujo mismo, describiéndolo a su manera. Esto es compartir aún más el yo.
Aquí la importancia de escuchar lo que el niño nos transmite a través del dibujo. Lo que quiera decirnos de su dibujo y de la manera que él desee.
Aquí la importancia de escuchar lo que el niño nos transmite a través del dibujo. Lo que quiera decirnos de su dibujo y de la manera que él desee.
3. A un nivel más profundo, estimular en el niño un mayor auto descubrimiento.
Pidiéndole que se explaye sobre fragmentos del cuadro; esclareciendo los fragmentos, haciéndolos más obvios; describiendo las figuras, formas, colores, representaciones, objetos y personas.
4. Pedir al niño que describa el cuadro como si éste fuera él.
Usando la palabra “yo”: “yo soy este cuadro;
yo tengo líneas rojas por todos lados y un cuadro azul al medio”.
5. Escoger cosas específicas en el cuadro para que el niño se identifique con ellas:
“sé el cuadro azul y descríbete con más detalles, que aspectos tientes, cuál es tu función, etc.”.
Involucrarse en el dibujo, que no sea un dibujo más.
6. Hacer preguntas, si es necesario, para ayudarle en el proceso: “¿qué es lo que haces?”, “¿quién te usa?”, “¿a quienes quieres más?”.
Estas preguntas surgirán de su capacidad de meterse en el dibujo junto con el niño y abrirse a las múltiples posibilidades de existir, funcionar y relacionar
7. Concentrar aún más la atención al niño y agudizar su toma de conciencia mediante el énfasis y la exageración de una o más partes de un cuadro. Estimular al niño para que llegue lejos como pueda con un fragmento específico, especialmente si hay energía y entusiasmo en usted o en el niño, o si hay alguna excepcional falta de energía o entusiasmo.
Con frecuencias hacer preguntas ayuda: ¿a dónde va ella?, ¿qué esta penando el circulo?, ¿qué va a hacer?, ¿Qué le va a pasar? Si el niño contesta “no sé”, no se desanime trasládese a otra parte del dibujo. Puede hacer uno una teoría y preguntarle al niño si es correcta o no.
8. Hacer que el niño estable un diálogo entre dos partes de su cuadro o entre dos puntos de contacto u opuestos (ej. El camino y el carro)
La creatividad del terapeuta ayudará a profundizar en los dibujos.

9. Estimular al niño para que ponga atención a los colores. Al dar sugerencias para un dibujo mientras el niño está con los ojos cerrados, se puede decir: “piensa en los colores que vas a usar”, ¿qué significan para ti los colores brillantes? ¿qué significado das a los colores obscuros?
Deseando que el niño esté lo más consciente que se pueda de lo que hizo, incluso sino no quiere hablar de ello.
10. Estar atento a claves en el tono de voz, postura del cuerpo, expresión facial y corporal respiración y silencio del niño.
El silencio puede significar censura, pensamiento, remembranza, represión, angustia, miedo o conciencia de algo.
Use estas claves para promover fluidez en su trabajo.
11. Trabajar la identificación, ayudando al niño a “reconocer” lo que se ha dicho sobre el cuadro o partes de este. Puedo preguntar: “¿siempre te sientes así?, ¿alguna vez haces esto?, ¿encaja esto con tu vida?, ¿hay algo que dijiste como rosal que podrías decir de tu persona?
La idea es refrasear de varios modos, es bueno hacerlo con suavidad.
12. Dejar el dibujo y trabajar en las situaciones de vida del niño y los asuntos incompletos que emergen del cuadro. En ocasiones esto se precipita directamente de la pregunta ¿encaja esto con tu vida? Y a veces el niño lo asociará espontáneamente con algún hecho de su existencia.
En oportunidades el niño repentinamente se pondrá muy silencioso o alguna expresión cruzará su rostro. Puedo preguntarle ¿qué acaba de pasar?, el niño hablara de algo del presente o pasado que se relaciona con su situación actual. O en ocasiones puede responder “nada”.
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13 .Estar atento a las partes faltantes o espacios vacíos en los cuadros y prestarles atención.
Porque lo que no está, también es importante.
14. Permanecer en el flujo de primer plano del niño o prestar atención a mi propio frente.
Trabajar primero con lo que es fácil o cómodo para el niño. Luego, indagar en aspectos que pueden serles más difíciles
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