Guatemala

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martes, 20 de agosto de 2013

Los ocho principios básicos en la terapia de juego no-directiva propuestos por Virginia M. Axline



Estos principios sirven de guía al terapeuta en todos sus contactos terapéuticos no-directivos, son sencillos pero de gran utilidad cuando son utilizados con sinceridad, consistencia e inteligencia:

1. El terapeuta debe desarrollar una relación interna y amigable con el niño.
2.

 El terapeuta acepta al niño tal como es.
3.

 El terapeuta crea un sentimiento de actitud permisiva de forma que el niño se siente libre para expresar sus emociones.
4. 

El terapeuta está alerta a reconocer las emociones que el niño está expresando y se los refleja de forma que logra profundizar más en su comportamiento.
5.

 El terapeuta observa un gran respecto por la habilidad del niño para resolver sus problemas.






6. 

El terapeuta no intenta dirigir las acciones o conversación del niño. El niño guía el camino; el terapeuta lo sigue.






7. 

El terapeuta no pretende apresurar el curso de la terapia ya que es un proceso gradual.






8. 

Es el terapeuta quien establece sólo aquellas limitaciones que son necesarias para conservar la terapia en el mundo de la realidad y hacerle patente al niño de su responsabilidad en la relación.



Terapia de juego no-directiva



En primer lugar, antes de explicar en qué consiste la terapia de juego no-directiva, conviene hacer una breve inducción acerca de lo que es la terapia de juego así como las implicaciones que tiene la misma.

Esta terapia se basa en la consigna de que el juego es el medio principal de autoexpresión para el niño, ya que es a través del juego que puede expresar de forma natural sus sentimientos y problemas. Esta terapia puede abordarse de dos formas: directiva y no directiva. La terapia directiva se basa en que es el terapeuta quien asume la responsabilidad de guiar e interpretar mientras que en la terapia no-directiva, el terapeuta se encarga de dejar que sea el propio niño el responsable y quien se encargue de indicar el camino a seguir. En estos momentos nos enfocaremos en esta segunda.

En el individuo existe una fuerza innata y poderosa que continuamente lo hace luchar por alcanzar su plena autorrealización, dicha fuerza puede describirse como un impulso hacia la madurez y la independencia que lucha constantemente hasta cumplirse. Debido a que en el individuo todo se encuentra en constante cambio, en la dinámica de la vida cada experiencia, actitud y pensamiento se va modificando de forma constante, esto debido a la interacción entre fuerzas psicológicas y ambientales.

Dentro de este modelo, resulta importante tener en cuenta lo anteriormente descrito ya que la flexibilidad del individuo crea un panorama positivo de mirar a aquellos individuos que parecen tener todo en contra desde un principio. Si un individuo toma conciencia de que el poder del cambio está en sus manos, puede planear su curso de acción con mayor precisión, este es el hecho en el cual se basa el modelo de la terapia no-directiva. Además de la propia habilidad del individuo para la resolución de sus problemas también se enfoca en el impulso de crecimiento que hace que su conducta madura llegue a ser más benéfica o satisfactoria que la conducta inmadura.

El ritmo del cambio del individuo depende en gran medida de la reorganización de las experiencias que el mismo haya acumulado, así como de sus actitudes, pensamientos y sentimientos que hacen posible llegar a la “introspección”, requisito indispensable para que la terapia tenga éxito. Además de la permisividad que ofrece al individuo, le ofrece la oportunidad de ser él mismo, de aprender a conocerse y de poder tratar su curso de acción en forma abierta y franca.

Ahora, en base a la anterior explicación de las implicaciones sobre la terapia de juego no-directiva pasaremos a conocer algo muy importante: los principios propuestos por Virginia M. Axline


Niñez



La niñez es una etapa previa a la pubertad que abarca desde la etapa de lactancia hasta la de pre adolescencia. La niñez comprende una etapa sumamente importante en la vida de todo ser humano ya que esta etapa implica una serie de aprendizajes que ejercerán una fuerte influencia en su formación como adulto.

Cuando el niño asiste a la escuela adquiere conocimientos y habilidades imprescindibles de acuerdo a la sociedad en la que se desenvuelve. Durante este proceso asimila los valores de su cultura y la concepción vigente de la moral y la ética. El niño puede entrar en conflicto consigo mismo y con la sociedad si este no cumple con tales expectativas.

Este conflicto puede variar de un niño a otro y la gravedad del mismo varía dependiendo de la historia del contexto en el que se desenvuelve (económico, social, familiar, educativo, religioso, cultural, etc.) Estos conflictos pueden expresarse a través de conductas que podrían considerarse como inadecuadas o fuera de lugar y que pueden causar problemas tanto al niño como a las personas que lo rodean.

Por tal razón en este espacio se expone un método terapéutico para niños que ha demostrado su eficacia en la resolución de problemas de diversa índole. Resulta principalmente útil en situaciones en las cuales el medio ambiente no es favorable y los padres o cuidadores casi no aportan ayuda alguna. Este método es llamado “Terapia de juego". En este espacio se explicará en qué consiste, por qué es importante conocer la teoría de la estructura de la personalidad sobre la cual se basa dicho método, además de describir la situación bajo la cual tiene lugar y quienes son los participantes en este proceso.